Un sistema defensivo
jamás visto
Murallas para defenderse, para dominar, como símbolo de poder. “Yo no he visto en Prehistoria otro ejemplo de sistema defensivo tan poderoso”, dijo Luis Siret, su descubridor.
Son cuatro líneas fortificadas, la exterior de 400 metros de longitud, reforzada con bastiones y torres, foso y dos puertas, una de ellas monumental. La defensa del poblado se completaba con un impresionante conjunto de 13 fortines en las colinas de la Sierra de Gádor, algunos de ellos verdaderos “castillos”.